María de las Nieves Pérez Verdú
Directora del Observatorio de Protocolo
Constanza Business & Protocol School
Los Reyes Don Felipe y Doña Letizia no paran de trabajar por España y para España. Y recién llegados como están de su visita de estado a Francia (la primera que realizaban), acaban de realizar su segunda visita de estado, y la primera a un país del continente americano, viajando hasta los Estados Unidos Mexicanos. El objetivo ha sido claro, fortalecer las relaciones comerciales y culturales entre ambos países.
No es necesario señalar la importancia que España tiene para México, y México para España. En un mundo tan global como en el que vivimos, con economías sumamente relacionadas e interdependientes entre sí, España y México son dos países unidos por la historia, por el idioma (México es la nación con el mayor número de hispanohablantes del mundo) y por los negocios. Empresas mexicanas tienen fuertes intereses en España, como son el caso de Panrico (que recientemente adquirió la mexicana Bimbo) o la constructora FCC (cuyo principal accionista es Carlos Slim). E igualmente hay más de cinco mil empresas españolas que realizan operaciones en México, entre las más destacables podemos señalar BBVA-Bancomer que es uno de los principales bancos del país. México es el tercer país destino inversor de España, tras Estados Unidos y Brasil.
La visita oficial, como marca el protocolo duró tres días, comenzando el pasado lunes 29 de junio y terminando el miércoles 1 de julio, y estuvo plagada de actos fruto de la organización de una intensa agenda. Nada más aterrizar en México, nuestros reyes realizaron una ofrenda floral ante el Monumento a los Niños Héroes en el Bosque de Chapultepec. El Presidente de México, Enrique Peña Nieto, acompañado de su esposa, Angélica Rivera, recibió a los reyes don Felipe y doña Letizia en el Campo de Marte. En primer lugar se interpretaron los himnos nacionales, para continuar con los discursos del Presidente y Su Majestad. En su discurso, el Presidente señaló que “los lazos entre España y México son centenarios, fraternos e indisolubles” y reconoció la importancia del Rey para España, como “símbolo de unidad para su pueblo”. Y por su parte el Rey don Felipe destacó “la trascendencia de esta visita a los Estados Unidos Mexicanos como destino de nuestro primer Viaje de Estado al continente americano. Así nos lo ofrecieron, así lo apreciamos y así también lo quiere el Gobierno de España». Agradeció igualmente el que las fechas se hubieran mantenido (el viernes anterior el presidente mexicano se sometió a una operación de vesícula), aseguró sentirse en su “propia patria” y analizó la “importancia capital” de las relaciones entre España y México. Tras pasar revista a la guardia de honor, el recibimiento finalizó con un desfile de honor por las Fuerzas Armadas. Tras el recibimiento la pareja real se trasladó al Ayuntamiento de la capital mexicana, Ciudad de México, donde fueron nombrados Huéspedes Distinguidos. Se les impusieron sendas medallas y recibieron las llaves de la ciudad. Desde aquí Don Felipe y Doña Letizia acudieron al Palacio Presidencial de Los Pinos. Por la noche tuvo lugar una cena oficial en el Palacio Nacional con el presidente y su esposa.
En el segundo día de la visita de estado, por la mañana doña Letizia tuvo un acto por separado reuniéndose con una representación de ALIBER, la Alianza Iberoamericana de Enfermedades Raras, para posteriormente unirse a su esposo para presidir la inauguración del Encuentro Empresarial México-España. A continuación tuvo lugar una sesión solemne ante el Senado mexicano, en el que Don Felipe pronunció un sonado discurso, y un almuerzo con personalidades de México en la residencia del Embajador de España. Por la tarde tuvo lugar un acto muy singular, la firma del acuerdo de implantación del Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española (SIELE). Se trata de una iniciativa desarrollada por el Instituto Cervantes, la Universidad Autónoma de México y la Universidad de Salamanca. Mediante este acuerdo, muchos profesionales podrán poner de manifiesto su conocimiento de la lengua española para poder desarrollar su labor de forma acreditada. El acto se desarrolló en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.
La visita de Estado tuvo en su tercer día una agenda muy singular, ya que la pareja real visitó Zacatecas, considerada Patrimonio de la Humanidad, y a la que el Rey Felipe II concedió escudo de armas en el año 1588. Los Reyes visitaron el Museo Virreinal de Guadalupe y posteriormente el Museo de Arte Abstracto para posteriormente almorzar con el presidente y su esposa y finalmente reunirse con la colectividad española residente en los Estados de Zacatecas, Jalisco y Aguascalientes antes de emprender el regreso a España.
En resumen, el Rey don Felipe está tejiendo una estrategia clara en sus relaciones diplomáticas, tendiendo una mano primero a Europa, como demostró con su visita de estado a Francia donde fue recibido con los máximos honores, y en segundo lugar al continente americano y a sus países hispanohablantes, velando por los intereses de España y los españoles tal y como ha demostrado con esta visita a México.
Por último, como no, debemos resaltar el duelo de damas entre la Reina Doña Letizia y Angélica Rivera, la mediática esposa del Presidente de México. Ambas mostraron atuendos muy elegantes, y como siempre nuestra Reina estuvo acertadísima luciendo en varias ocasiones favorecedores atuendos en rojo, haciendo alusión al color en común que tienen la bandera española y mexicana.
María de las Nieves Pérez Verdú
Directora del Observatorio de Protocolo
Constanza Business & Protocol School
Si existe un acto de singular importancia en lo que a diplomacia se refiere, ese es sin duda la Visita de Estado. Una visita de estado, es una visita oficial que realiza un Jefe de Estado, generalmente acompañado de su consorte, a un país anfitrión que le acoge durante los tres días habituales que suele durar la Visita de Estado. Se trata de visitas de estado al más alto nivel, ya que las visitas de estado no vienen protagonizadas por miembros del cuerpo diplomático, propiamente dicho, si no que en estos casos son los propios Jefes de Estado quienes asumen la representación de sus países. La visita de estado tiene lugar tras una invitación previa por parte del jefe de estado anfitrión, quien recibe en su país a su homólogo, y el propósito es potenciar las relaciones bilaterales, el comercio y los negocios entre ambos países.
La visita de Estado de nuestros soberanos a Francia tuvo un primer intento en el mes de marzo de este mismo año, pero tuvo que ser interrumpido por los tristes acontecimientos aéreos acontecidos en los Alpes, donde cincuenta españoles perdieron la vida. Finalmente ha tenido lugar los días 2, 3 y 4 de junio. La visita adquirió mucha relevancia, entre otras razones por ser la primera visita de estado realizada por D. Felipe y Dña. Letizia, y en la misma fueron acompañados por el Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación.
Una visita de Estado está siempre cargada de simbolismo. El programa se elabora con mucha antelación e incluye actos de todo tipo. Las visitas de estado habituales siempre incluyen un Recibimiento y una Cena de Gala ofrecida por el jefe del Estado anfitrión en el primer día. Visita al Ayuntamiento de la capital y/o al Parlamento o al menos a una de las Cámaras Legislativas en el segundo día, y visitas culturales que quedan reservadas para el tercer día. En esta ocasión, el programa incluía hasta quince actos diferentes distribuidos a lo largo de los tres días, y nuestros Reyes fueron acogidos con los máximos honores en dos momentos muy singulares de la visita.
El viaje comenzó con una despedida oficial a los Reyes en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, y tras su aterrizaje en suelo francés donde fueron acogidos por el embajador de España en Francia, el embajador de Francia en España y el Secretario de Estado para Asuntos Europeos del Gobierno galo. Fueron escoltados al lugar donde tendría lugar el primer acto del viaje: el recibimiento oficial a su llegada a París. Como no podía ser de otro modo, nuestros soberanos fueron recibidos por el actual jefe de Estado de la República de Francia, François Hollande, acompañado de la Ministra de Ecología, Desarrollo Sostenible y Energía, Ségolène Royal (quien en su día fue esposa del mandatario y quien en esta ocasión estuvo presente en el acto en representación de su posición de Ministra). Fue ella quien estuvo presente por ser la ministra de mayor rango entre los ministros del actual gobierno francés). Protocolariamente hablando, aunque François Hollande es Presidente de la República, y Don Felipe es un Rey, a todos los efectos están al mismo nivel, ya que ambos actúan en calidad de Jefe de Estado de sus respectivos países. La singularidad del acto residió en que fueron recibidos a los pies del Arco del Triunfo de la capital francesa desde donde fueron escoltados por un escuadrón de la Guardia Republicana integrado por 146 caballos, a lo largo de los Campos Elíseos hasta el Palacio del Elíseo, sede de la Presidencia de la República.
Es habitual que los mandatarios de otros países en visita de estado a Francia, sean recibidos directamente en el Palacio del Elíseo, y el hecho de acoger a nuestros soberanos en el Arco del Triunfo, fue un signo de máximo honor. Solo la Decana de los jefes de Estado europeos, S.M. la Reina Isabel II, había sido recibida con los máximos honores a los pies del Arco del Triunfo. La simbología y el protocolo estuvieron presentes en todo momento. Tanto la plaza del Arco del Triunfo, como los Campos Elíseos, se adornaron con banderas de ambas naciones. Los mandatarios pasaron revista a las tropas tras escuchar con gran solemnidad los himnos nacionales de los dos países. Y como siempre es habitual en las visitas de estado, se cumplió con la ofrenda floral ante la tumba del soldado desconocido. A su llegada al Palacio del Elíseo tuvo lugar un encuentro entre ambos mandatarios, acompañados por miembros de los Gobiernos de España y Francia.
Por la tarde, Sus Majestades los Reyes Don Felipe y Doña Letizia visitaron la exposición “Velázquez y el triunfo de la pintura española” en el Grand Palais, acompañados por el Presidente de la República. Tras la misma, Don Felipe se reunió con el Secretario General de la OCDE, Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico. Por la noche, los reyes visitaron el Palacio de Marigny para imponer condecoraciones a los participantes en las labores de rescate de la tragedia de los Alpes, y concluyeron con la cena de gala ofrecida por el mandatario francés en el Palacio del Elíseo en honor a nuestros soberanos.
El segundo día de la Visita de Estado comenzó en el Ayuntamiento de París. Y tras el almuerzo con el Primer Ministro aconteció el segundo acto en el cual los Reyes de España fueron honrados con todo el ceremonial. Éste tuvo lugar en el hemiciclo de la Asamblea Nacional francesa, donde se permitió al Rey D. Felipe pronunciar un discurso desde la tribuna de oradores, tras el cual recibió un sentido aplauso por parte de todos los 577 diputados de la asamblea quienes se pusieron en pie. Solo dieciocho jefes de Estado y de Gobierno han disfrutado del honor de poder pronunciar un discurso en el hemiciclo parisino. D. Juan Carlos I, también disfrutó de este gran honor en el año 1993.
El tercer día de la visita de estado de los Reyes, comenzó con un desayuno de trabajo del Rey seguido de la clausura del Foro Económico Franco-Español. Finalmente nuestros soberanos visitaron el Instituto Cervantes antes de partir rumbo a Madrid.
No quiero cerrar estas líneas sin hacer una mención a S.M. la Reina Dña. Letizia, quien lució espléndida en la capital francesa y dejó el pabellón español en París, capital de la moda, muy alto. Como buena conocedora de las tendencias más fashion, no defraudó e hizo gala de sus estilismos más elegantes y chic, en la mayoría de las ocasiones luciendo diseños de su apreciado modisto de cabecera, Felipe Varela. Una reina en la cúspide junto a su esposo el Rey Felipe VI.
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